Daniela, una mujer Nasa fuerte oriunda de Sa’th Tama Kiwe, territorio de la resistencia, se encuentra ahora en un proceso de recuperación física y espiritual de dos balas asesinas que, como ella misma manifestó, le hirió lo sagrado: su vientre.
Esas balas disparadas por la “gente de bien” hirieron a varios compañeros jóvenes y evidenciaron quiénes son los que quieren la guerra.
Aquel 9 de mayo, cuando la Minga Indígena acompañaba diferentes puntos de resistencia en la ciudad de Cali y además, se conmemoraba un año de la partida de Nelson Casamachín, Daniela sintió que había llegado su hora de encontrarse de nuevo con él y con Edwin, Liliana, Cristina y otros compañeros caídos en la lucha, pero, la fuerza personal y colectiva, como expresa su madre, la levantaron de nuevo y hoy, más que nunca, reafirmó la convicción del proceso político – organizativo.
Como mujer líder de procesos juveniles, Daniela tiene muy claro que este es el momento de lograr cambios, de hacer realidad el país que soñamos donde hayan garantías para la vida y la dignidad: “hay que honrar esta lucha”, comenta. Resalta además el gran trabajo y el corazón que le han puesto los jóvenes del país a este gran Paro Nacional.
Daniela, esa joven fuerte que muchos conocen, enfrentó una situación difícil desde todos los sentidos pero su amor y lucha por este proceso continuará, porque “esta lucha va hasta que la dignidad se haga costumbre.”
De esta manera envía un mensaje a que “abracemos la lucha de los y las compañeras”. Para Daniela y su familia, fuerza y amor para seguir afrontando esta situación.
Por: Comunicaciones Nasa Çxhãçxha 2021