El ejército y la policía colombiana le mienten al país y desarrollan una de las estrategias del plan de exterminio capitalista contra los pueblos indígenas que liberan la tierra
Hoy de nuevo, el presidente Ivan Duque Márquez, el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo, el comandante y general del ejército obedecen al señor Ardila Lule dueño de la agroindustria cañera de Colombia para atentar contra los pueblos indígenas del Cauca y que liberan la madre tierra.
Existe unos hechos sistemáticos que atentan contra la vida del pueblo indígena así:
- El día 25 de abril de 2020 se envenenaron más de 30 semovientes vacunos de propiedad de las comunidades de Huellas Caloto en la finca la emperatriz, los responsables directos son los trabajadores de la finca Canaima obedeciendo órdenes del ingenio del Cauca en cabeza de Ardila Lule.
- El 26 de abril, un grupo armado atacó la casa de la hacienda Guayabal -contigua al resguardo de Huellas y también en proceso de liberación- con disparos y una granada, matando a una persona no indígena y dejando a otras dos heridas. La comunidad y la guardia indígena se dirigen al lugar de los hechos y encuentran dos hombres armados y con prendas militares, la guardia indígena en acción de control territorial los persigue y los armados disparan y huyen en dirección a Guachené.
- En La Emperatriz, el 1 de mayo, los liberadores inician la limpieza de los potreros envenenados por trabajadores de Incauca y el ejército dispara ráfagas de fusil a la comunidad indefensa y aún así se captura a 31 militares entre ellos 4 policías.
Este modus operandi ya lo ensayó el gobierno de Uribe en 2007. Además, incluye crear un conflicto interétnico con comunidades afrodescendientes y campesinas, intenta bloquear la ampliación de los resguardos indígenas en los planes de ordenamiento territorial y presionar a los ‘propietarios’ de las haciendas para que no oferten sus fincas o pidan altísimos precios de manera que el estado se vea en la imposibilidad de comprar las tierras para entregarlas a la comunidad.
El ejército Colombiano, a través del general Mayorga hoy 2 de mayo de 2020 mediante comunicado, deja explicito la mentira al país y justifica su actuar asesino diciendo que, recibieron información de los trabajadores (que envenenan ganado) de la finca Canaima para accionar las balas asesinas, pero luego se lavan las manos, calumniando a los liberadores de la madre tierra, acusándolos que son de la columna móvil Dagoberto Ramos.
No es cierto que los liberadores estaban robando ganado. El ejército crea un escenario premeditado (falso positivo) para atacar a la comunidad entre ellas 3 mujeres que estaban en el ejercicio de pastoreo y limpieza de los residuos de veneno tirado en la finca.
Reiteramos que la comunidad indígena, que libera la madre tierra, no coordina ni permite la presencia de ningún actor armado porque al contrario estos grupos armados también nos asesinan, nos señalan y nos persiguen.
Los hechos anteriores hacen parte de la sistematicidad del plan de exterminio hacia los pueblos indígenas de Colombia, en donde se dan amenazas, atentados, persecuciones, combates en medio de la población civil, señalamiento, reclutamiento forzado y asesinatos, que corresponden a las políticas de desmonte de los derechos fundamentales que exacerban la pobreza.
Esta realidad la afirmamos con los siguientes datos: Desde el año 2005 hasta la fecha se han asesinado 10 comuneros indígenas en proceso de liberación de la madre tierra y por reclamación de los derechos fundamentales en todos los territorios del Cauca, pero con mayor concentración en los territorios de Corinto, López adentro, el Resguardo de Huellas y Aguas Tibias, Puracé, todos ellos por el accionar de las armas de la fuerza pública (ejército, Esmat y policía), esta situación hoy se agrava porque en tiempo de cuarentena la fuerza pública con su accionar bélico nos obliga a dejar las medidas de prevención del contagio de la enfermedad biológica que mata a la humanidad.
Nuestra lucha de liberación de la madre Tierra, obedece a la gran necesidad de tierra que reclaman las 31.000 familias indígenas del norte Cauca, sin contar la necesidad de tierra de las demás zonas del Cauca indígena.
En la actualidad tenemos 89.ooo ha en resguardos constituidos de los cuales el 27% (24.465 Has) son de vocación agrícola, el 25% de vocación forestal, sitios sagrados y reserva de agua.
La tierra de vocación agrícola que existe, está a disposición para 31.000 familias del norte del Cauca, es decir que cada familia tiene para satisfacer todas las necesidades básicas en una extensión de 0,78 Has.
Como movimiento indígena del Cauca en el momento convivimos con todos los Caucanos en una extensión de 3.089.755 ha de los cuales el territorio indígena está constituido por 544.900 ha, de la cuales 53.000 ha están en traslape.
La zona de páramos corresponde a un total de 85.451 Ha y el área con pendiente superior al 30% corresponde a 203.960 Ha
Reiteramos que de las 544.900 has, 342.914 has, no son utilizables para el desarrollo de actividades agrícolas, es decir que solo 201.986 Ha son tierras semi fértiles en los tres pisos térmicos del Cauca.
El movimiento indígena del Cauca y norte del Cauca reiteramos nuestra firme convicción de seguir cumpliendo con el mandato de liberación que nos han orientado nuestros mayores a través de las prácticas civiles y pacificas de la sabiduría indígena, la plataforma política del CRIC, los congresos, asambleas y mandatos colectivos de seguir con el ejercicio de liberar a nuestra madre tierra de las garras del capitalismo salvaje que solo nos trae guerra biológica, militar, armada, social, cultural, política y económica, generando la miseria en las comunidades.
Convocamos a nuestros hermanos Afros, a los compañeros Campesinos y a todos los sectores de la población Mestiza para que sigamos luchando juntos, aunando nuestras fuerzas espirituales, culturales, políticas, ideológicas y económicas, en el marco de nuestras estructuras organizativas con el fin de seguir tejiendo la palabra de nuestras sabidurías y de esta manera armonizar y equilibrar los caminos que conlleven a contrarrestar este capitalismo salvaje, que en el día de hoy nos ha sometido a la especie humana en todas las naciones a una disputa biológica, creando otra peste más que ha causado la muerte de miles de niños, mujeres, hombres y mayores en casi todos los países del mundo.
Desde tiempos memorables, los pueblos indígenas del mundo, sabemos que la vida natural es posible si entendemos, sentimos e interpretamos las voces del agua, el viento, las montañas, las selvas, los páramos, los animales grandes y pequeños, que sin ser uno más que el otro son parte integral del tejido maravillosos de la vida y que día tras día interactúan con el cosmo del pluriverso y el resultado de ello es la armonía, el equilibrio y la pervivencia.
Exigimos al señor presidente de la república de Colombia Iván Duque y a todas las instituciones del estado colombiano que respete el derecho a la vida, el derecho al territorio, el derecho de las autonomías jurisdiccionales, los derechos económicos, sociales, culturales y los derechos de la madre tierra, los derechos adquiridos en la legislación de los organismos internacionales como la consulta previa libre e informada.
Convocamos a todo el movimiento social y popular, local, departamental del sur occidente y el país a caminar nuestra propuesta política del “BUEN VIVIR” de la nación colombiana para continuar en la minga nacional por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz.
Finalmente el movimiento Indígena del Cauca, de nuevo, hoy convocamos al gobierno colombiano a un debate público de cara al país, para hablar de todos los problemas estructurales, en especial la corrupción y espionaje ilegal a las organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos y de las políticas de exterminio del modelo neoliberal implementadas en Colombia.
AUTORIDADES ANCESTRALES DEL CAUCA